Un brindis
Las personas se sienten afortunados de tenerme en sus Vidas, lo que no saben es, que la afortunada soy yo por tenerlos a ellos en mi vida; no a todos pero sĆ a la mayorĆa Buenos y malos o no tan Buenos.

Igual valoro sus presencias en mi vida y tambiĆ©n me he sentido afortunada: Por que los Buenos me han ayudado a transitar el camino con alegrĆa, los demĆ”s, me han enseƱado que tengo mĆ”s dureza y carĆ”cter del creĆ, que sin importar toda la porquerĆa, tengo la capacidad de transformar en luz todo aquello que me cause dolor u oscurezca mi camino, aunque sólo se vea en mis ojos.
Ā”Gracias! Sinceras a quienes me voy a referir como, los malos o no tan buenos. Me mostraron que tengo un criterio propio: que cuando tienes eso, no es necesario compartir tu mundo (cabeza) con la de nadie mas si ya posees una propia, que no existe razón de seguir al grupo solo porque son mĆ”s, que todo cae por su propio peso, aunque eso sea una leve alusión a alguna ley de la fĆsica. TambiĆ©n me enseƱaron, que la verdad siempre sale a flote, y Ā”vaya! que sĆ lo hace, me enseƱaron que ser y en lugar de parecer. Por Ćŗltimo, me enseƱaron que transitar el camino dejando mis propias huellas es mĆ”s placentero que ir tras la sombra de personas con ideas tontas y arcaicas, con las que no estoy de acuerdo y que ademĆ”s necesitan otros para validar razonamientos e ideas, obsoletas en un mundo que ya cambió. En fin⦠un brindis por aquellos que me han llenado el camino de flores para recorrerlo feliz y, otro por los buenos para nada, en el mejor sentido de la frase por supuesto. Por que no han podido conmigo. Me alegra crecer cada dĆa, espero los demĆ”s lo hagan tambiĆ©n.
Atte: Una rosa
By: La chica del sombrero