¡Dónde están los dolientes!

Siempre escucho a la gente hablar acerca de lo mal que está la situación, pero nadie hace nada y me incluyo.

Esta vez, fue diferente, la gente se quejó, alguien usó su voz para algo más que quejarse, e hizo algo, se manifestó públicamente con el propósito de lograr un cambio. Sin embargo, en el camino tuvo que lidiar con muchos obstáculos entre ellos escuchar diversas opiniones.

Unos decían: No protestes; para qué? Todo seguirá igual.

Otros: No perderé mi tiempo en ese efectismo.

Y algunos pocos: Anda, ve, grítalo, a ver que ganas, de todas maneras será lo mismo de siempre, otra cortina de humo.

Alguien más habló a lo lejos y dijo: Estoy de acuerdo con que grites, hables, uses tu voz para algo más que para quejarte, con que te manifiestes públicamente, para eso eres libre. Pero me irrita sobre manera que uses tu voz y tu poder para incentivar a los unos, a los otros y a otros pocos que casi no tienen voz, para formar parte de tu circo, y te llenes la boca de decir que estás hart@ de la situación, y seas el o la peor de los hipócritas.

Movilizas a la gente con tus ‘buenas intensiones’ y tú te sientas a mirar el espectáculo cómodamente, porque sencillamente estás bien con lo que ocurre.

Preguntas: ¿Dónde están los dolientes?

Y mi respuesta es esta: Aquí están los dolientes, somos el grupo de gente que no alza su voz en vano, que no se moviliza si no ve un propósito, un cambio, un objetivo. Aquí estamos los dolientes, los que preferimos parecer indiferentes antes que formar parte de tu circo. Aquí estamos los dolientes, los que cuando alzamos la voz lo hacemos con fundamentos para que nadie pueda acallarnos, los que asumimos nuestros derechos con igual compromiso que nuestras responsabilidades, aquí estamos los dolientes.

¿Dónde estás tú?