una cita conmigo

Hace algún tiempo oí a alguien mencionar algo respecto a tener una cita consigo mismo, y admito que pareció para mi, una completa locura. Más adelante, al repasar los detalles que suponía hacer tal cosa, noté que dicha locura, también era hecha por mí. La diferencia estaba en que yo no la denominé de la misma manera.
Pues en mi caso era, de día de la Chica Del Sombrero. Durante el cual tomaba un tiempo especial para dedicarlo exclusivamente a mi persona, haciendo solo cosas que fueran de mi agrado. En resumidas cuentas era algo así como salir de vacaciones de la nada, pues hacía los arreglos con suficiente antelación como para evitar realizar, en la medida de lo posible, labores y asuntos que me generaran estrés.
Además, sumaba a esto otras actividades que me resultaran placenteras; como por ejemplo ir a algún lugar fuera de mi transito cotidiano, ya fuera una pastelería o chocolatería a disfrutar de algunos postres y chocolates exclusivos y tal vez algunas comidas especiales o diferentes. También, puedo agregar que en algunas de estas ocasiones lo placentero podía ser simplemente ir a un salón o spa y realizarme algún tratamiento estético o relajante que quisiera, como también podía ser realizar alguna otra actividad fuera de mi rutina habitual.
El punto de todo esto era pasar un día conmigo, sin el agobio de las responsabilidades y tareas que la mayoría debemos realizar.
Como resultado de ese día increíble, yo regresaba más contenta, creativa, dispuesta y por qué no, más agradecida a mis responsabilidades.
A veces, estamos tan inmersos en la rutina y no nos damos cuenta que de vez en cuando nos hace falta un respiro, un cambio de aires, algo diferente a lo que hacemos todos los días, no tiene que ser algo muy costoso. Pues en algunas ocasiones es suficiente con ir a un parque y leer un libro o estar en silencio con nada más que tus pensamientos.
La Chica Del Sombrero