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A ella nada la toca

Hace unos años sufrí un accidente que alteró el ritmo normal por el que iba, tenía una vida normal, y era más o menos alguien normal.


Desde entonces empecé a escribir, y hoy decidí dedicar unas palabras a una amiga muy querida.


En una entrada anterior; ¨Tiempo de sanar¨, les conté un poco acerca de las fiestas de fin de año que pasé. Fue muy bonito, y entre muchas cosas buenas que nos sucedieron; está: que pudimos volver a compartir con dos mujeres a las que yo designé, como el Hilo rojo, del grupo.


Me refiero a ellas como el Hilo Rojo; porque no importa que tan lejos se vayan, si hay problemas, tristeza, pleitos y demás situaciones típicas de familias y grupos, ellas ejercen en todos nosotros esa función de hilo rojo, sin importar lo que pase, por mucho que cada elemento insista en tomar su camino ellas a sus maneras, extremadamente particulares, ambas ejercen una función de fuerza y unión.



Malecón de Nagua; Intento de hacer un selfie normal pero no se pudojjj.



De ellas dos a la que voy a referirme hoy es a nuestra Victoria cariñosamente apodada: La Vicky, o La Bibi, y en la más reciente aventura le tocó ser La Rick. Debido a algunas cosas que no sabemos por qué pero parecían falsas.


Mi querida Rick; a quien describiría como alguien alegre, cariñosa, muy trabajadora, dispuesta, ocurrente y aventurera, y para bien o para mal, el grupo suele ser víctima de tus ocurrencias.


Quiero que te sientas querida, somos la familia que Dios te regaló, y esta tarde escribo para ti.

Agradeciendo el cariño con que me tratas, y con el que tratas a mi familia, eres una mujer atenta, valiosa, cariñosa, aunque un poco rututú, pero así te amamos. Siempre digo; que si quisieras el mundo sería tuyo, y de eso estoy totalmente convencida. Agradezco a Dios haberte conocido, y agradezco las palabras con las que te referiste a mi, la noche del chambre, muy rico te puedes casar, nos encantó.


¡El próximo debe ser en mi casa si Dios lo permite!


Gracias otra vez, por hacerme sentir más especial, por la manera bonita en la que te expresaste sobre mi; palabras, con las que me sentí muy querida, entre ellas hubo una frase que me encantó y con la que quedé ¡Woou!


A ella nada la toca¨.

Esa frase que me encantó, fueron las palabras que motivaron esta carta; A ella Nada la toca; la verdad es, que todo me toca, y eso está bien, porque hace posible todas las cosas bonitas que ves en mi. Todo me toca; y por eso puedo escribir como lo hago. Todo me toca; por eso existe la mujer que soy, porque todo me toca. Lo diferente conmigo es que elegí ser tocada como me da la gana, y elegí qué hacer con todo aquello que me toca. Y el punto es ese, en lugar de que nada nos toque; es más saludable aprender a lidiar con todo aquello que nos toca.


Mas no con la indiferencia sino con la estratégia.


En lugar de evitar que todo te toque, déjate tocar y haz algo increíble a partir de ahí.


La Chica Del Sombrero

Posdata: A mis queridos lectores con tendencia a sentirse aludidos, siempre que escribo; lo hago por mi, y para mi. Esta es la primera vez que le escribo a alguien públicamente, y ese privilegio es por ser alguien querida. Por favor, tienen que parar porque no se trata de ustedes.