Tiempo de sanar
¡Holaa! ¡feliz año no tan nuevo!
Pasé unos días maravillosos fuera de la ciudad; Celebrando el fin de un año que quedará para la historia, y el inicio de otro como siempre; lleno de cosas nuevas, expectativas y mucho que aprender.
El pasado 31 de Diciembre Iniciamos un interesante viaje familiar. Como muchos, aprovechamos el feriado para cambiar un poco de ambiente, y disfrutar las fiestas en otro lugar.
El viaje fue interesante porque aunque fuimos prácticamente los mismos; Cada uno de los elementos sirvió para demostrar, una vez más, que hay cosas que nunca cambian, pero permanecen ahí porque deben cambiar.
La vida se trata de cambios que se traducen en aprendizaje, que además, nos ayudan a pasar las etapas en las que nos encontramos, y a cruzar con mejor puntuación la siguiente.
Un ejemplo de esto es el proceso a través del cual aprendemos a caminar, y luego correr. También, podríamos citar el transcurrir de la educación académica. Difícilmente alguien reciba educación superior, sin antes haber superado satisfactoriamente los niveles básicos y medios.
Pero nada, volviendo a las cosas que siguen exactamente en el mismo lugar, permanecen ahí por que la estrategia de su juego es la misma, pero el juego cambió.
Let's to the game!
En fin… no han aprendido lo necesario como para avanzar a la siguiente etapa; lucen casi igual, y algunas cosas lucen incluso mejor que en otras épocas. Sin embargo, en su resistencia al cambio; han logrado envejecer evitando a toda costa crecer.
Probablemente la escena te resulte familiar, tal vez, estés o estuviste en una situación parecida, y quiero que sepas que no se trata solo de ganar o perder. Se trata de avanzar o quedarte donde estás; porque no es un Juego cualquiera.
Casi a mediados del increíble 2020, en las campañas juveniles, Todo Por Él, de la Iglesia Adventista del Séptimo día; escuché a un pastor decir algo más o menos así: Sino pasas hoy las pruebas que te tocan, lo tendrás que hacer mañana, en otro salón y con menos amigos.
Quedé perpleja, nada más de acuerdo con la realidad.
No existe una opción buena o mala, o si en todo tu camino dejaste flores o piedras, lo importante siempre será que hayas aprendido lo que tenias que aprender en cada etapa. Y si así lo haces no tengas miedo por creer que sigues en el mismo lugar. Pues todo el que aprende avanza.
No hay una sola forma de ganar; ni siquiera de perder.
No hay una sola forma de vivir; mucho menos de morir.
No hay una sola forma de tener éxito; tampoco de fracaso.
La vida trata de cambios y eso es prácticamente, lo único seguro, sobre todo si seguimos aquí.
Si eres de los que sobrevivió al 2020; prepárate nos toca vivir el 2021.
