Un bloqueo creativo

Saludos lectores, ¡Feliz año nuevo y todo eso!

En la primera entrada de este año 2024, quiero compartir la razón por la que me ausenté los últimos meses del 2023.

La razón es muy simple, pasó algo a lo que llamé un bloqueo creativo, aunque la realidad en detalle no fue tan simple.

La verdad es que el 2023 fue un año potente y, el 2024, promete. Desde ya estoy asustada, pero nada, hay que seguir adelante. Por eso dejamos el 2023 e iniciamos el 2024.

Sin embargo, como de costumbre, no puedo dejar de sentirme agradecida por todo lo aprendido.

Pasaron muchas cosas malas, muy malas y, gracias a Dios buenas y, muy buenas.

Conocí algunas personas que definitivamente lo cambiaron todo y, a quien pueda interesar, conocí a cuatro tipos:

Al principe azul: Él es el hombre perfecto, todo lo que cualquier mujer desearía, un caballero, encantador, culto y, más que muy bien educado por una verdadera reina, es buen hijo, buen hermano, buen amigo, compañero, buen padre y esposo. El detalle, está en los últimos dos atributos, buen padre y esposo, (Ambas son mentiras).

Y por si las dudas,

¡No existe el hombre perfecto!

Si es demasiado bueno para ser cierto, entonces, no lo es.

Lo primero que aprendí de ese hijo de @#$%&# fue, que además de que no todo lo que brilla es oro, los mejores perfumes pueden disimular el peor hedor.

Luego conocí al Encantador que por supuesto, no es tan encantador como quiso aparentar, y agradezco que su actuación no fue tan buena como él hubiera querido. No hay mucho que decir de este encanto, además, del hecho, de que pasó sin pena ni gloria, no hubo aprendizaje en este caso, pero causó muchos estragos y, como dice el refrán: el que por su gusto muere que la muerte le sepa a gloria. Y yo... Yo casi muero en el intento.

Finalmente, conocí a un chico normal, bueno ni tanto y, adivinen... ja ja ja ja ja

El cuarto se los debo. Ha sido largo el viaje, y todavía no llego.