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Vamos a sacar la basura

¿Alguna vez te sentiste harto/ta, cansado/da, o quizá sentiste que ya tuviste suficiente de cualquier situación, persona o cosa? Si no te pasó jamás, ¡Excelente! o, si por el contrario, sientes que estás a punto de estallar. Tranquilo/la, nos pasó a muchos.



Ese sentimiento es el preaviso de que algo tiene que cambiar definitivamente. Por eso he titulado esta entrada: vamos a sacar la basura.


Hacer cambios es difícil, sobre todo si se trata de cambiar hábitos de vida, o de personas con las que nos relacionamos de manera habitual. Es muy difícil sacar a un familiar, un compañero de trabajo, o a un amigo, de tu vida, pero tampoco es imposible. En cambio, cuando se trata de cambiar una situación u objeto, hay muchas más opciones, que por supuesto requieren de menos esfuerzos.


Últimamente me había visto envuelta en algunas situaciones que me producen casi todo lo escrito en el primer párrafo.


Hasta entonces, la manera en la que usualmente actuaba, era apartarme y listo, todo parecía resolverse, pero no.



Más bien el resultado era que las cosas se ponían peor, o quedaban en pausa a espera de cualquier detonante. Al apartarme del problema en lugar de resolverlo, yo terminaba por cohibirme o aislarme, de asuntos que eran de mi interés.


Por supuesto, no tardé mucho en notar, que esto, DEFINITIVAMENTE, ¡No FUNCIONAA!. En mi búsqueda de paz y solución eficaz, intenté con varias opciones que tampoco me dieron los resultados deseados. Más adelante, me puse creativa, y me dije a mi misma
-mi misma, esto es basura- Y ¿qué se hace con la basura? -Pues sacarla, claro.

Así que, decidida, puse manos a la obra, pero resulta que el asunto era más complejo de lo que aparentaba ser. Eso no me detuvo, y empecé por lo más sencillo. Literalmente empecé a sacar la basura de mi entorno.


¡Todo lo que no sirve se tiene que ir!



Todo lo materialmente inservible tenía que irse.De hecho, me tardé más de tres días en sacar la basura de un pequeño espacio. Esto, fue solo para probar, qué tal me sentiría luego, y sí, fue bastante liberador.



Todo bien hasta aquí, ya me había desecho de las cosas innecesarias y a continuación, tocaba lidiar con las situaciones y personas innecesarias.



Rara vez uno puede echar literalmente una situación a la basura, aunque sin dudas, todos podemos cambiar la forma en que nos manejamos estando en ellas. Y si lo primero es raro, en cuanto a echar a una persona a la basura, es aún menos probable e incorrecto.


Entonces empecé por mi. Empecé por observar y repasar mi comportamiento, en lugar de reaccionar como solía hacerlo.


Mi siguiente tarea fue identificar las personas problemas, y como era de esperarse, no los pude tirar a la basura. En su lugar, me llené de valor, y sin excusas empecé a realizar un fino trabajo, que requirió de toda mi fuerza de voluntad y autocontrol para no ceder a ninguna provocación. Ha sido inmensamente difícil, sin embargo, cuando empecé a sentirme liberada fue cada vez más fácil.



El punto en todo esto es: que jamás será posible controlar absolutamente todo lo que te afecta, sin embargo, casi siempre es posible controlarse a uno mismo.
La Chica Del Sombrero





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